Tomado de la página de FB: "Yo soy de la UNAM"
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de
reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay
química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que
hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las
que explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Aunque nos atraen las personas
con
rasgos similares a los nuestros tendemos a elegir el olor de aquellas
que tienen un sistema inmunológico muy distinto. Y por un lado es una
suerte porque evita que nos enamoremos de nuestros familiares. Nuestra
biología nos guía para encontrar un compromiso entre la igualdad y la
diferencia y siempre encontramos el equilibrio perfecto, no sólo cuando
elegimos las caras y los olores. La llamada teoría de la correspondencia
puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree
merecer". Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha
construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que
determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra.
Además, incluso INFLUYE el tipo sanguíneo (A, B, AB, O), provoca
atracción con las personas del mismo tipo y no de las demás.
¿La biología guía nuestra vida amorosa?
Después del orgasmo el sistema líbico del cerebro libera una hormona
especial llamada oxitocina. Esto sucede en una parte del cerebro en la
que sentimos el placer emocional. La oxitocina hace que la pareja se
sienta más vinculada y cercana emocionalmente, pero también existen
algunas diferencias entre el cuerpo del hombre y el de la mujer. Algunos
científicos creen que cuando la oxitocina se combina con una
determinada hormona femenina, los estrógenos, la mujer se siente muy
cariñosa y conversadora. Pero cuando la oxitocina se mezcla con una
hormona masculina, la testosterona, puede provocarle al hombre una
necesidad incontenible de dormir.
Todos sabemos que podemos
tener relaciones sexuales sin enamorarnos, pero si se tienen suficientes
relaciones con la misma persona hay muchas posibilidades de que esta
bomba de relojería de hormonas nos haga perder la cabeza por alguien. El
cuerpo hace lo posible por unirnos a nuestra pareja, pero eso
precisamente lo convierte en una gran adicción.
Todo aquello que
tiene que ver con el amor, desde el maternal hasta el curioso hecho de
que algunos logren permanecer felices por décadas con la misma pareja, o
que otros sean incapaces de jamás forjar una relación duradera, es
culpa de una hormona.
Al parecer, las cosas del amor no son
tan caprichosas como aparentan. Según el experto en el cerebro de la
Universidad de Edimburgo, Gareth Leng, la hormona oxitocina ayuda a
forjar lazos permanentes entre amantes tras la primera oleada de
emoción. La hormona actúa "cambiando las conexiones" de los miles de
millones de circuitos cerebrales. Al explicar cómo se enamora el
cerebro, Leng señala que la oxitocina ayuda a afianzar el vínculo entre
una madre y su bebé, y se produce tanto durante un parto como un
orgasmo.
Mientras que el instinto de reproducirnos nos hace
sentir la pasión del amor, en el caso contrario, cuando lo perdemos,
podemos acabar sintiéndonos deprimidos. Cuando estamos enamorados o
locos por alguien... el cóctel químico del organismo puede hacernos
perder la razón, pero ¿por qué?.
Es posible que tengan que ser
los científicos quienes respondan a las preguntas: cuánto dura la
pasión, es el amor para toda la vida o es sólo un sistema de defensa que
asegura la supervivencia de la especie humana.